jueves, 13 de mayo de 2010

La Belleza Destructiva (a un año del fallecimiento de Antonio Vega)


Leyendo hace algunos días una critica de cine sobre la película “Let´s get lost” , que trata sobre la vida del trompetista Chet Baker, leí una frase que está cargada de altas dosis de triste verdad: La belleza en estado puro esconde un trágico secreto: es terriblemente destructiva.
Esto lo escribió Joan Pons en octubre del 2009, pero hoy en día me vino a la mente por un hecho en particular: hace exactamente un año que dejo de existir uno de los mejores compositores de pop español y uno mas con una vida trágica y de altibajos: Antonio Vega.

Él, quien junto a su primo Nacho García Vega fundara el grupo español Nacha Pop, fué autor de canciones que retrataron toda una generación y una época, no solamente en España, sino en muchos de los países donde se podía escuchar de música en español.
Basta recordar canciones como La chica de ayer, Lucha de gigantes o Lagrimas al suelo.
Pero Antonio iba mas allá de eso. No por nada emprendería su camino mostrándose como ese chico solitario que luchaba contra si mismo y libraba una batalla en cada canción, en cada recuerdo, en cada madrugada.
Se dejaba llevar fue parte de nuestro soundtrack. Del de aquellos que descubrimos el idioma español con sus recompensas en canciones que nos iban forjando en silencio un criterio. Porque cuando nuestro idioma llegó en forma de canción a nuestra juventud, lo hizo de golpe, con frases contundentes y llenas de contenido, con poesía callejera, juvenil y nada inocente, aunque en muchos de los casos así pareciera. Y eso gracias a gente como Antonio Vega, quien tenia mucho que decirse a si mismo y nosotros mucho que escucharle, y hoy a un año de su muerte mucho que agradecerle. Ahora ya a la distancia podemos revalorar la música en español de los años 80, pero ese es otro tema y para otra ocasión.

Antonio Vega ya anteriormente nos había confesado que comenzaba a sentirse asustado (asustado estoy), que librába una lucha de gigantes talvez para consigo mismo. Ya su vida dejába de ser individual. Muchos ojos estában puestos en sus actos, pero también muchos oídos estában puestos en sus palabras, en sus melodías, en su melancólica canción. Y la montaña rusa en la que Antonio se había embarcado en busca de la belleza, comenzaba a cobrarle algunos paseos. Comenzaba su propia lucha contra gigantes que en este texto no mencionaré porque son tan solo enanos comparados con la grandeza de su obra musical.

Hoy en día sigo asistiendo a el sitio de mi recreo, tanto a la canción como a ese viejo patio donde tuve mis primeros amigos, donde nació mi imaginación. Aunque este ultimo en forma de recuerdos. Y ahora más que nunca busco ese sitio en las canciones de Antonio, porque en ellas y con su voz uno entiende a la distancia mejor lo que aquellos años hicieron de lo que somos hoy.

Yo crecí imaginando a la chica a quienes sus amigos le decían: Vístete, no vamos a llegar jamás. Incluso muchas veces me imagine a ese payaso triste que sólo hacía llorar y cómo terminaba con sus lagrimas al suelo. Ya después mas entrado en la adolescencia comencé a perseguir mis propias sombras y a buscar algo más que un perfil. Y eso sucedió gracias a las canciones de Antonio Vega.

Viento que en su murmullo parece hablar cantaba Vega sobre el sitio de su recreo y no es menos profético, porque la voz de Antonio, esa que le conocimos en forma de canción, esa que se convertía en un secreto a voces, aun sigue sonando en el viento.

Hoy periódicos españoles como El País y El Economista han dedicado artículos al primer aniversario de la muerte de Antonio Vega, pero mas interesante es el hecho de que estas publicaciones dejaran el foro abierto para todos aquellos que quisieran escribir algo sobre lo que Antonio Vega ha marcado en sus vida con sus canciones. Resulta muy conmovedor ver lo que cada persona tiene que decirle a Vega, lo que este provoca en quienes vivimos la vida como una canción.

La belleza es terriblemente destructiva Antonio, pero tu obra queda para la historia. Solo me queda decirte: Gracias por tus canciones, gracias por tanta belleza.

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