lunes, 14 de marzo de 2011

Alemania, India y México fueron las Nuevas Voces del Mundo en Monterrey.


Distintas voces del mundo hicieron eco en Monterrey a través de la música. El Festival, que en esta ocasión tuvo como invitados a Alemania e India aparte de propuestas mexicanas, cobró vida del martes 8 de marzo al viernes 11 de marzo en el Teatro del Centro de las Artes.

El primero que apareció en escena fue Frederik-Köster-Quartet, un grupo de jazz y folklore alemán. Los pocos afortunados que asistieron esa noche pudieron darse cuenta de la exquisitez de su música. El alto nivel de cada uno de los integrantes hizo que cada una de las piezas lucieran con luz propia. Las improvisaciones fueron de alto vuelo y la huella de del jazz alemán quedo marcada en el aire de la sala. Nada mal para iniciar, aunque lamentablemente fueron pocos los que acudieron y fueron testigos de la magia del jazz.

Al siguiente día el turno fue para los mexicanos de la “Internacional Sonora Balkanera”, una banda que se ha ubicado como protagonista del “balkan beat” en México.

Sampleos de acordeones, guitarras y percusiones de Europa del este se mezclaron con ritmos como el hip hop, funk, rock, jungle y hasta cumbia, pues en una parte del concierto hubo un bloque latino en el que sonó “La cumbia sampoesana” y “Caballo Viejo”, entre otras. Remixes de viejas canciones, así como creaciones propias fueron el menú de estos mexicanos que ponían un aderezo balcánico a música de occidente, como la versión que hicieron de “Another brick on the wall” de Pink Floy, donde una irreconocible pared sonaba con acordeones y clarinetes a la vez de un beat electrónico. La gente fue abriéndose de a poco, pero termino reconociendo la propuesta de los “mexicanos balkaneros”, una propuesta que por ahí dicen es como “Nortec meet’s Goran Bregovic”.

Ya para el tercer día el festival llegaba justo a la mitad, a su centro. Fue en esta ocasión donde probablemente se haya registrado la mayor asistencia al evento. El invitado era India, o bien podría decirse: India a través de México, pues los músicos eran mexicanos, incluso uno de ellos regiomontano.

Hollving Argáez y Gabriel Morein junto a Sebastián García inundaron la sala del teatro con sonidos de Sitar, tabla hindú y Tampura, pero antes de soltar al aire notas, hicieron una introducción de su música y sus instrumentos, esto para que la gente pudiera apreciar de otra manera lo que vendría más adelante, así después de la explicación, aparecieron los ragas y la improvisación.

Probablemente este día haya sido la prueba un poco más exigente para el público y el oído, pues se trata de música con un lenguaje y una estructura mucho muy diferente a la música de occidente. La piezas estaban formadas de manera similar a la música clásica, con distintos movimientos que en conjunto formaban un “raga”, pero las pausas entre estos eran casi imperceptibles, lo cual volvía un poco extensos los temas. Sin embargo la atención del público nunca se desvió, salvo por unos cuantos despistados, de esos que nunca se callan y que uno no entiende entonces a que fueron si no a escuchar, pero después de la primera pausa afortunadamente ya no regresaron.

Al finalizar hubo una interesante sesión de preguntas y respuestas entre los músicos y los asistentes.

El cierre del festival estuvo a cargo de otros alemanes: El cuarteto de saxofones “Sonic. Art”.

Este cuarteto se centra en las obras originales para cuarteto de saxofón clásico de la música romántica a la contemporánea, y eso lo dejo bien demostrado.

Música de distintas latitudes convergieron en Monterrey, y es de agradecer que hayan sido nuevas voces de otra parte del mundo.

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